Cuando hay creatividad, impulso, vocación y fuerza, no se espera a que lleguen las oportunidades, estas se construyen, los proyectos se ponen sobre la mesa y se trazan las vías para llevarlos a cabo. Los sueños se realizan.
Esta es la historia de Annelia Bonilla, licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Facultad de Ciencias Humanas campus Mexicali, quien a pocos años de haber egresado, ha venido construyendo una carrera dentro de la comunicación digital con la cual ha trascendido fronteras y trazado un camino en una zona que no contaba con este tipo de propuestas.
El inicio de una historia
Annelia egresó en el 2018 sin ningún tipo de experiencia laboral, pues sólo se dedicó a la escuela. Mientras estudiaba, en su mente creaba escenarios en los cuales ella dirigía, coordinaba y manejaba las empresas mediáticas y las plataformas más populares del mundo. El sueño de muchos y muchas tal vez, pero un sueño que pocas personas realmente tratan de alcanzar.
Desde el momento en que salió de la universidad comenzó a trazar las rutas de su destino y comenzó sus andares como tutora de educación básica en el Valle Imperial, California. Entre sus labores, descubrió que las redes sociales del lugar estaban siendo desaprovechadas y propuso hacerse cargo de ellas. Annelia sabía que el único pago que tendría por realizar ese trabajo sería el aprendizaje. Y lo asumió. Ahí comenzó a conjugar varias de las pasiones que había descubierto en su formación académica: la creación de contenido y el diseño.
Uno de sus mayores miedos era no tener respuesta de la población, pues el diseño digital, la creación de contenido y el manejo de redes sociales no era muy apreciado aún. Sin embargo, los incipientes emprendimientos que surgieron durante la pandemia la llevaron a realizar varios proyectos, logos e imágenes.
Sin saberlo, esto generó un boom en la comunidad y la gente comenzó a darle valor a este tipo de acciones. Con este empuje, Annelia se unió a una diseñadora, complementando sus saberes para desarrollar proyectos más completos. La ciudad las comenzó a identificar y sus proyectos cruzaron la frontera: Mexicali y Valle Imperial fueron un mercado que supieron cubrir y del cual aprendieron.
Esta experiencia fue el inicio de un portafolio sólido que la llevó a otros horizontes. Durante un tiempo trabajó para una organización que trabaja por la erradicación de la violencia contra la mujer, en el mismo Valle Imperial, dedicándose a comunicar, a socializar y a educar sobre el tema generando estrategias comunicativas, contenido, fotografía, gestión de eventos, organización de presentaciones e, incluso, la realización de eventos de procuración de fondos.
Pero Annelia siempre voltea hacia las rutas que trazó al convertirse en alumni, y esto la ha llevado a cerrar capítulos para comenzar otros. Actualmente entró a un posgrado en Estrategias de Audiencias Digitales y ahora mismo trabaja en ICOE (Imperial County Office of Education) como gerente de comunicación y divulgación.
Para Annelia todos los comienzos significan nuevos motivos, nuevos aprendizajes. “Siempre viene algo más grande en la vida de todo mundo. Lo que puedo hacer hoy es un cúmulo de todo lo que he aprendido y las experiencias académicas y profesionales.”
¿Qué le ha dejado la UABC a Annelia?
“Algo imprescindible para salir adelante: la escuela no nos puede enseñar todo pero nos enseña cómo aprenderlo. De la UABC se aprende que tal vez no sepamos hacer algo, pero sabemos cómo investigarlo, y que si no hay una forma hasta ahorita, se puede crear. La universidad nos da las herramientas para buscar herramientas, nos dice cómo sí.”
¿Con qué vara te estás midiendo?
“¿Con qué vara te estás midiendo, con la de otra persona o con la tuya? Entre los jóvenes existe mucha ansiedad e incertidumbre, como creadores de contenido, todos los días las expectativas son mayores porque los alcances de otros los tenemos en la palma de la mano, despertamos con ellos, entonces creemos que tenemos que hacer algo diferente, novedoso, impactante. Pero entonces tenemos que preguntarnos qué nos mueve en las mañanas, qué nos motiva a hacer un buen trabajo, qué nos incita a dar el siguiente paso, y cómo enfocar esto que sabemos, que dominamos, en lo que deseamos. Y trabajar por ello.”
Annelia se despide con una carcajada que refleja alegría y entusiasmo por lo que viene, mientras nos comparte su sabiduría: “hay que aprender a ser feliz con lo que se tiene para poder serlo cuando se logre lo que aún no se tiene.”